Estimados amigos, familiares y personas de buen corazón:
Con el corazón destrozado y en una profunda desesperación, me dirijo a ustedes para compartir una noticia devastadora: mi amado hermano falleció hoy, tras una lucha rápida y dolorosa contra un cáncer terminal. Hace apenas unos días, aún manteníamos la esperanza de un milagro. Ahora, nos encontramos preparándonos para despedirnos para siempre.
Su partida fue repentina. Recientemente había sido hospitalizado debido a un dolor insoportable, dificultad para respirar e hinchazón. Después de múltiples exámenes, le diagnosticaron cáncer pancreático en etapa avanzada, ya extendido a sus pulmones, hígado y abdomen. Falleció bajo cuidados de hospicio, rodeado de amor — aunque no de todo el amor que merecía.
Su deseo más profundo era regresar a casa — a El Salvador, donde nuestra madre ha estado esperando verlo después de más de 15 años sin poder abrazarlo. Ella nunca tuvo la oportunidad de sostenerlo ni de despedirse. Nuestro mayor dolor ahora es saber que, sin ayuda, quizá no podamos cumplir su último deseo: descansar en la tierra que lo vio nacer, cerca de la madre que le dio la vida.
Somos una familia de bajos recursos, y el costo de la repatriación sobrepasa completamente nuestras posibilidades. Por eso, le pedimos desde lo más profundo del corazón que Si usted puede colaborar — incluso con una pequeña cantidad — significaría el mundo para nosotros. Y si no le es posible contribuir económicamente, le rogamos que nos apoye de otras maneras: compartiendo este mensaje, o incluyendo a nuestra familia en sus oraciones.
Dear friends, family, and kind-hearted individuals,
With a shattered heart and in deep despair, I turn to you to share devastating news: my beloved brother passed away today, after a rapid and painful battle with terminal cancer. Just a few days ago, we were still holding on to hope for a miracle. Now, we are preparing to say our final goodbye.
His passing was sudden. He had recently been hospitalized due to unbearable pain, shortness of breath, and swelling. After multiple tests, he was diagnosed with advanced-stage pancreatic cancer, which had already spread to his lungs, liver, and abdomen. He passed away under hospice care, surrounded by love — though not all the love he deserved.
His deepest wish was to return home — to El Salvador, where our mother has been waiting to see him after more than 15 years without being able to hold him. She never had the chance to embrace him or say goodbye. Our greatest pain now is knowing that, without help, we may not be able to fulfill his final wish: to rest in the land where he was born, near the mother who gave him life.
We are a low-income family, and the cost of repatriation is far beyond our means. That is why we ask, from the bottom of our hearts, that if you are able to contribute — even a small amount — it would mean the world to us. And if you are unable to help financially, we kindly ask for your support in other ways: by sharing this message or including our family in your prayers.