La vida de Cristhian fue arrebatada, y su madre solo suplica poder despedirse
Cristhian Durán tenía solo 26 años cuando fue asesinado de forma trágica en Estados Unidos durante un encuentro para vender una camioneta. Lo que debía ser una oportunidad de seguir adelante, terminó siendo el fin de su historia.
Cristhian era el hijo menor de su familia. El más chiquito. Un joven lleno de vida, con sueños, con esperanza. Hoy, su familia está destrozada, pero quien más está sufriendo es su madre, Luz Mery Díaz, quien vive en Venezuela y no lo ha visto desde hace tres años.
Ella no pide nada más que poder verlo una última vez. Suplica con el alma poder abrazarlo, aunque sea con la mirada, y darle una sepultura digna en su país, rodeado de quienes lo aman. Como madre, su dolor es inmenso, pero no tener la posibilidad de despedirse lo hace aún más insoportable.
Hoy pedimos tu ayuda para repatriar el cuerpo de Cristhian a Venezuela y acompañar a su madre en esta súplica tan humana, tan real, tan desgarradora.
Cada donación es un gesto de amor. Cada compartida, una esperanza. Gracias por sentir este dolor con nosotros y ayudarnos a que Cristhian pueda volver a casa.
Cristhian’s life was taken—and his mother is begging for one last goodbye
Cristhian Durán was just 26 years old when he was tragically killed in the United States during a meeting to sell a vehicle. What was supposed to be an opportunity to move forward turned into the end of his life.
Cristhian was the youngest of his family. The baby. A kind soul with dreams and hopes for a better future. Today, his loved ones are broken—but no one is hurting more than his mother, Luz Mery Díaz, who lives in Venezuela and hasn’t seen her son in three years.
She’s not asking for much. All she wants is the chance to see him one last time. To say goodbye. To give him a proper burial in his homeland, surrounded by those who love him. As a mother, her grief is unimaginable—but not being able to say goodbye makes it even harder to bear.
We are asking for your help to repatriate Cristhian’s body to Venezuela and support his mother in this desperate, very human plea.
Every donation is a gesture of love. Every share is a sign of hope. Thank you for feeling this pain with us and helping Cristhian return home.